LANZAROTE, una despedida, con pena

  Las piscinas, fueron así de paradisíacas.

 los manjares, siempre estuvieron a la altura de la isla-

  de los vinos, ya ni te cuento. hay que catarlos.

  Anduvimos, sobre y a través de las nubes. Paisajes  tan idílicos, como irreales. La fuerza de un volcán, consiguió, tanta fantasía.

Las arenas fueron a veces blancas, de una pureza y luminosidad escandalosas.
Solos en un extremo, se puede pedir mas, que el mar, baile para ti solito.

 

Todo fue magnifico, bueno, superlativo... pero se acabo.

Esta fue mi última imagen de este paraíso.

 

  Pronto, prometo contarles, por que a Canarias, se le llama, LAS ISLAS AFORTUNADAS.